domingo, 8 de mayo de 2011

PARA TI: EN TU DÍA. Como todos pero más propio.

Primero que todo discúlpame.

Sé que fue mi culpa, por estar de apresurado y haberme querido salir un mes antes de lo esperado.
De tener un hijo de tu mismo signo zodiacal, te apuesto a que todo hubiese sido realmente diferente.

Discúlpame ese pequeño insignificante detalle.

Tan insignificante como mis disculpas por cada dolor de cabeza, cada pelea y cada día desperdiciado.

Creo que no sabía que tan desperdiciados llegarían a ser mis días, una vez que no tuviese a alguien como tú todo el tiempo. Alguien que te levante a tiempo, te llame para que seas puntual. Alguien quien tenga tu desayuno listo e incluso te obligue a comerlo en contra de tu voluntad. Alguien que simplemente siempre esté ahí.

Ahí para quitar un ataque de ansiedad con un simple abrazo o limpiarte las lágrimas por estar llorando por una mujer que no es ella. Alguien que tal cual como le enseñó a su bebé desde pequeño, vea el mundo con la primicia de "que vino a este mundo a amar, sin importar cómo, a quién o dónde". Alguien que le mienta a su hijo y le diga que no está tan loco, "que sólo un poco".

A veces en la misma casa, otras veces en distintos países, unas cuantas en distintas ciudades, pero siempre ahí. Regalándome un "te extraño", un "cuídate mucho" y un "te amo".

Regañándome por haber orinado en una calle de Buenos Aires.
Llorando conmigo en un fin de año, cuatro horas antes que en California lo fuera.
Queriendo volar por tener a un mocoso inexperto estudiando en Kentucky.
Siempre ahí, hasta en las veces que no debías.

Siempre con algo que decir, algo que enseñarme y algo con que cambiarme la vida.

Siempre tan tú. Tan madre.

Por eso te pido disculpas. Por a veces olvidarme de repetirte enfermizamente lo mucho que eres para mí. Por a veces dar por sentados los "te quiero" y olvidar que un "te amo" puede cambiar un día completo. Por guardarme mis lágrimas llenas de orgullo y no compartirlas contigo, acompañadas de un "te extraño".

Disculpa por posiblemente no abrazarte lo suficientemente fuerte cuando lo necesitabas o por no haber quebrado en llanto contigo en el momento preciso. Tantas disculpas que serían infinitas las palabras que aún expresadas, quedarían cortas.

Disculpa. Tanto lo siento. Tanto siento que me ames, tanto, que sólo puedo pedirte disculpas por a veces darlo por sentado.

Gracias por darme una vida. Por ser esa mujer que me comprende, que me apoya y que me ha enseñado a amar. Gracias por darme el gusto de no temerte, de no verte con miedo y poder sentir en ti plena seguridad. Gracias porque a pesar de mis tropiezos tras tropiezos, aún sigues teniendo fe en esta ave sin rumbo.

Gracias por ser todo lo que eres y por más que eso, por no ser lo que nunca has sido.
Por tus ganas, tu fe y tu amor.

Gracias por simplemente ser mi "Ma".

Te amo.




miércoles, 4 de mayo de 2011

SP2V: FRASE I

"Y basta pararse frente al espejo para saber qué es esa tristeza y duele más al encontrar que son tus ojos lo que estás viendo"