miércoles, 20 de abril de 2011

A TI: ¿PADRE?

¿Padre? ¿En realidad desearías que utilizara esa palabra?

Quiero recordarte. Quisiera sólo eso pero no puedo. No has estado y a pesar de no haberlo hecho ¿De verdad quieres que te califique de esa forma? ¿Padre?

Me gustaría. Desde los más profundo del hijo enterrado, me gustaría, pero no puedo.

No puedo porque no te recuerdo a pesar de querer recordarte.
No puedo porque aunque quisiera recordarte, no sé si tienes en tu memoria un simple recuerdo mío.
No quiero porque cada vez que llamas, ni sabes qué edad tengo.

No sabes de mí. No me ubicas en el mundo. Obviamente ni en tu mundo.

Pero al final, siempre terminas siendo lo mismo. ¿Padre?.

Hoy repicas un teléfono con tu desértica falta, regalándome ausencia en cada palabra de esa distante llamada. Una llamada vacía y ficticia. Llamada que en realidad no termino de saber si sucedió.

Hoy llamas. Justo durante esta sarcástica semana. Con tu voz, vuelves a erizarme la piel y hacerme desear por un instante no existir.

Hoy suenas tan mudo como siempre.

Hablé contigo pero ¿Dónde ha estado mi padre todos estos años? ¿De verdad has dejado de serlo tú?.

No sé con certeza si alguna vez en mi vida sucediste. No sé de tu existencia porque sólo he obtenido de ella una latente compañía de tu ausencia y algunas visitas de tu indiferencia.

No sé si sabes que sé.

No sé si sientes el no sentir. No sé si sabes que no estás.

Siempre ausente. En mi fiesta de graduación, en el aeropuerto antes de irme a estudiar al extranjero y ausente al regresar.

Ausencia al esperar.
Ausencia al necesitar.

Ausencia. ¿Señor? ¿Padre?...

Creo que la llamada estuvo equivocada. Su verdadero hijo espera por su voz. Yo no soy ese hombre con la dicha de tenerlo a usted al otro lado del teléfono. Hasta luego.


martes, 19 de abril de 2011

SP2V: I

"Aguacate, tomate, berenjena. Es mucho lo que aprendes de alguien, a pesar de ser nadie, hablando un poco de nada"

Qué tanto importe, no importa. Simplemente vale lo escrito y por tener algunas de mis palabras es que carezco de otras virtudes.

¿Qué importa? ¿Por qué importa? ¿A quién importa?

Nada es relevante... Al final siempre termino escribiendo sin pensarlo dos veces.

lunes, 11 de abril de 2011

A TI: HISTORIADOR SIN HISTORIA

Sin conseguir una palabra exacta para comenzar. Así me siento, tal cual como te sientes al empezar una historia y temes terminarla. Con miedo.


A cada historia se le ha propuesto una voz en letras, un ilusionista ortográfico. Propuesto ahí, en el lugar perfecto y exacto para hacer de una simple mirada, edificio, brisa, una nueva inspiración.


A pesar de estar destinado a contar los pasos del tiempo y el aliento de las experiencias, tu propia voz te hace mudo de las letras que deberías dejar expuestas frente a los ojos de todos aquellos que ansiamos ser espectadores de tus cuentos remendados.


Reméndalos, haz de tus relatos rotos, un mosaico, una obra de arte. Haz de tus historias quebradas la realidad intacta de tu día a día.


Pégalas, una por una y utilízalas como la medicina que hace falta para callar al freno que en tu cabeza te impide sentir la libertad de no ser esclavo de tu silencio.


Grita. Apasionadamente o con dolor, pero no te tragues el ruido que tus historias deberían estar haciendo y que sigues reprimiendo.


¿Por qué te callas historiador? ¿Qué te llena de dudas? ¿Qué te hace tener miedo de tus propias travesías?


Sin embargo aquí sigo; intentado que escribas, esperando que hables. Necesitando que relates.


Sentado, esperando por los aplausos que mereces y te resignas a no escuchar. Tu mayor fan, aquí, intacto, esperando que dentro de las cuatro paredes en donde creas cuentos perfectos, decidas abrir la puerta.


Decidas quitar el seguro de la cerradura y liberes tus palabras.


Sí, aquí sigo sentado, escribiendo. Creándole una historia a un historiador sin cuento, creándole un relato a aquel quien debería estar regalándole al mundo una nueva narración.


Creándote las fuerzas para que liberes tu voz. Para que hagas bailar tu mano en el papel.


Escribiéndote para que no te olvides de tu lector número uno . Para que no olvides que te quiero sin perder el gusto de ciertas veces pretender no necesitarte.


Para que no dejes de recordar que tienes grandes historias que relatar.


Tú, historiador, amado, haz historia.


Yo por siempre te escucharé. Es hora que el mundo también lo haga.


sábado, 9 de abril de 2011

A TI: MI CORRECTORA ORTOGRÁFICA

- Pero eso es bueno... Me extrañas. Así me amas un poquito más...

- Si es que se puede amar más de lo que ya lo hago...

- Siempre se puede amar un poquito más...



Hace poco tiempo alguien tuvo esta conversación conmigo por teléfono.

Es increíble ver cómo dos humanos que se aman tanto, no puedan vivir juntos y necesitan la distancia como excusa para comprenderse un poco mejor. Me pasa a mí así, así como quiero creer que le sucede a muchos.

Ciertos ladrones de fe, dicen que estas discordancias de convivencia se deben a aquella paradoja de los signos del zodiaco; si eres Leo te llevas violentamente con todo aquel que sea  Virgo y estás destinado a que un Acuario te cambie la vida. Otros expertos dicen que la convivencia de arquetipos chocan por el simple hecho de no complacer a un estereotipo grupal. Algunos simplemente piensan que polos iguales se repelan. Yo prefiero decirme que todo sucede debido a cuestiones ortográficas.

Sí, ortográficas.

La vida es como un buen escrito. Si sabes qué, dónde y cómo artificiar una buena conjunción, creas un éxito, pero si le impides al acento tener la cita que hará que la vocal se enamorare de él, encarcelas los puntos inocentes o dejas que las comas escapen del manicomio, todo se vuelve un desastre.

Es cuestión de ortografía, y que dos personas se necesiten tanto, pero no puedan estar juntas, depende de la gramática que rija las palabras y los desenlaces de los segundos que comparten.

Tal el libro perfecto, nuestra vida se resume en una correcta caligrafía para saber hacer los movimientos correctos y no quedarte estancado en el cierre de una oración que debe culminar. De esas que deben dejarse atrás.



Nada seríamos sin que la caligrafía estuviese divorciada de una excelente gramática. Conocer cuándo introducir, en el momento preciso, algún mensaje que deseas que perdure o una frase que marque la diferencia, puede determinar la felicidad o el caos de una situación.


Y de faltar la sintaxis correcta para cada fragmento respirado, se perdería el sentido de disfrutar cada día, mes y año que se gasta. Nuestra falta sintagmática podría hacernos pensar que nuestra vida no tiene sentido.

Tantas maneras de explicarlo y muy pocas de entenderlo.

Como la coma que es colocada en vez del punto, cambiando todo el mensaje y haciendo discordar cualquier coordinación. Como el paréntesis que se abre y no termina que el otro complemente el final de su idea; el paréntesis que no quiere cerrar. Como el párrafo que se olvido de pintarse el punto final y la novela que deja una hoja en blanco en vez de regalar un desenlace. 



Tan difícil como uno que otro libro de Saramago. Tan complicados como leer "Cien años de Soledad". Así somos.


Sin importar que tan buena escritora seas, siempre seré tu falla ortográfica. La esdrújula que niega ponerse el acento y el párrafo que no permite tener sangría. Sin embargo, no puedo dejar de amar que intentes corregir la falta lexical en la que me he convertido.


Gracias por ser esa correctora que hará de este infinitivo un verbo conjugado.







A TI: ESCRITORA


"No te visitaré, hasta que arregles tus mal-de-amores con tus comas atravesadas y pausantes de respiración"

Tus comas te están matando. Decidiendo donde colocar pausa en una oración que ni la merece.


Sucede que eso sueles hacer: colocar pausas en donde debes dejar que tu vida hable por sí misma.


Al igual que en tus escritos, paralizas los momentos indetenibles con una coma tras otra.

Coma, coma y coma. 


Ni si quiera con puntos. Eso te haría la vida más determinante. Realizarías las cosas tomando en cuenta que deberían ser concisas y cerradas. Tal cual las ideas entre un punto y aparte y un punto y seguido. Pero tú sigues con tus comas.

No dejes que tus sentimientos queden frenados con cada pausa que coloques, haz que cada coma suspire por tu sentimiento. Haz que sientan tus oraciones, tus palabras y tus indirectas, para que no se atraviesen en donde no deben.

Hazles sentir que no quieres que ninguna de ellas, te detengan la semántica del alma.

Demuestrales que eres excelente colocando puntos y seguidos para permitirte el premio de continuar viviendo sin quedarte estancada.

Sin quedar esperando en una coma.

"No te visitaré hasta que tú y tus comas hablen concretamente y le dejes en claro, que tú eres quien decide pausar el escrito y no son ellas las que poseen la libertad de pausar tu vida".

Dedicado a una de aquellas personas que escribe para tocar almas.

Te amo con ausencia de puntos y excesividad de comas. Te adoro pausada pero continuamente.

A TI: TÍTERE



Ya casi ni quedan lágrimas por salir de tus ojos. Se han agotado. Se han secado de tanto trabajar, de tanto querer y de tanto recordar.

Recordar recuerdos inolvidables que sólo te memorizan un pasado duro pero feliz. Ese pasado que ya no vives, presente de este terrible futuro.

Ni lágrimas salen de tus ojos cuando intentas llorar, sólo aquel quejido sin forma que hace el intento de escapar de tu boca para hacernos sentir lo mucho que te duele la vida. Lo mucho que te duele seguir perdiendo y todavìa vivir para experimentarlo.

Cada una de tus arrugas cuentan historias distintas. Tu rostro crea toda una aventura épica de vida por cada una de esas lìneas que atraviesan tu cara. Líneas que están ahí para hacerte creer lo mucho que has vivido y que a pesar de todo lo experimentado, aquellos que te queremos nos parece tan poco. Tan poco al sentirte tan cerca del final.

Cada arruga ausente de lágrimas. Cada mirada falta de alegría y tú, un títere de tu propio destino.

Una directora de obras; esa que antes movía las marionetas que tú misma creaste, logrando grandes expresiones maestras y que ahora tiene enredados los hilos de sí misma.

Un títere sin director, sin alegría, ausente. Marioneta desgastada.

Prisionera de tu propio envoltorio, sin derecho a experimentar la emoción de descubrir el regalo que contienes dentro de ti. De saber a qué te sabe la noche y por qué te duelen tanto las mañanas.

Prisionera sin derecho. Derecho negado a esa llamada de auxilio, a ese desahogo.

Marioneta de guías rotas que un día fue la artista de este tìtere que escribe.

Marioneta. Títere. Esa que era libre y que ahora sólo tiene miedo del poco tiempo que no termina de quedar o sobrar.

No importa que ahora deba ser el guía de tus hilos, tú una vez lo fuiste para mí.

Mi marioneta desgastada. Nuestro títere atrapado. Abuela.

ELLA


Escribir acerca de ella es describirla en estructuras gramaticales. Cuantas comas tiene, cuantos puntos y apartes han perturbado la linealidad de su existencia y cuantos paréntesis usa para explicarse sin que nadie se pierda en su lectura.

Muchas veces esas personas que decidimos plasmar en palabras concretas, al deshacernos de su cuerpo, su voz y su mundo, parecieran ser todo un poema.

Hace tiempo que ella está en mi vida.

Ella me lleva de un lado a otro con sus palabras. Es indescriptible la sensación de vivir sus sentimientos en cada una de las letras que deja correr por sus dedos. Es que pareciera que ella tuviese los ojos en los dedos porque cuando llora con palabras escritas, se siente como si dejara salir un llanto sin solución. Ese tipo de llantos que al escuchar no puedes evitar acompañarlo y que por más que quieras callarlo, termina transformándose en una necesidad de tu alma.

Ella sueña y lo hace como nadie. A veces me gustaría tener esa fuerza de poder soñar que ella tiene.

Ella es capaz de transformarte en su fiel admirador por tan solo mostrarte el amor hacia sus musas. Tanto las ama que pareciera hacerles el amor cada vez que escribe.

Puedo imaginarla acariciando y amando a sus musas mientras permite que la desnuden completamente. Sus musas la despejan de su forma física y la transforman en un sentimiento más allá de lo escrito.

Ella vive su vida. Ella es ahora. Ella es.

La seguiré amando mientras siga siendo y una vez que no sea la recordaré.

Ella.

¿AMOR?

El sentido de toda la vida. Una metáfora, una realidad, una utopía, una fantasía. El amor.


Muchos dicen que no existe, otros que es lo más existente del mundo. Dicen que la vida nos inyecta amor y que el amor nos oxigena vida.

Pasó el 14 de Feberero; una fecha que comercialmente nos dice que "EL AMOR LLEGA".



Todo ese cuento otorgado a miles de mártires católicos e historias del inicio primaveral de la fertilidad en las creencias paganas grecorromanas que toman lugar en pleno Equinoccio de Primavera, nos hace buscar como estúpidos, cosas que ragalar para "demostrar amor". Nos hace desesperar por complacer a ese amigo, a ese amante, familiar o pareja con un simple regalo.

El mundo piensa que el amor es un gesto material. Yo lo veo de otro modo.


A pesar de que lo material gusta y llena el alma (de una u otra forma), el amor no es sinónimo de algo palpable, por lo contrario, este se alimenta de gestos que no son materiales. Se alimenta de gestos que vienen del corazón y del alma. No de esa estructura geométrica que rellenamos de color rojo y llamamos "corazoncito", sino de ese sentimiento que va más allá del propio miocardio y que rompe con la frecuencia que las propias sístole y diástole orquestan.


El amor no es un perfume, no es un disco compacto, un libro o un ramo de rosas, mucho menos globos de helio o chocolates. El amor es más que cualquier empaque o regalo.


Amor es donar tu sangre.
Amor es donar médula.
Amor es donar un riñón, parte de tu hígado o uno de tus pulmones.
Amor es tener esperanza.
Amor es asear a tu abuelo sin que te de asco.
Amor es cambiar un pañal.
Amor es cantarle al oído a tu tía en coma.
Amor es pretender que todo está bien cuando sabes que el final está cerca.
Amor es borrar tus prioridades y establecer nuevas por ayudar a tu hermana.
Amor es llorar de alegría.
Amor es extrañar.
Amor es odiar a la distancia.
Amor es sentir impotencia por no poder encontrar una solución.


Amor es un espacio en blanco sin explicación ni definición.

SOLEDAD


Siete letras, tres sílabas y una palabra aguda que traspasa la tipografía de toda escritura y la heterogeneidad de cualquier sentimiento.

La soledad más allá de ser devastadoramente disfrutable, conlleva la delicada función de conectarno con todo aquello que no todo el tiempo apreciamos.

Un sonido de nostalgia, un calado en tu infancia, el frío de una noche de felicidad y el calor que un cuerpo a tu lado puede brindarte. Sentimientos rotos por la compañía y que no terminan de SER en la ausencia del todo y la existencia de la nada.

Creemos saber odiar la soledad sin darnos cuenta que gracias a ella es que aprendemos a disfrutar de la compañía. Gracias a ella mentalizamos lo indescriptible que es sentir el brazo de tu madre luego de 4 meses de ausencia, lo increible de respirar profundo cuando hemos olvidado lo que es el oxígeno y lo milagroso de llorar cuando hemos reprimido el dolor dentro de nuestra carcel física.

Sin soledad nos limitamos a estar acompañados, siendo un reflejo de lo que quieren que seamos. Con soledad somos simplemente nosotros, sin nada que ocultar ni disfrazar frente a otros.
La soledad: Sentimental, reflexiva, introspectiva e impaciente.Soledad compañera de mis ausencias.

"Incluso en los momentos más vacíos me siento escoltado, pues a mi lado se encuentra la soledad inherente de compañía"

TACONES AJENOS

Ante todo debo agradecer a mis amigas de la universidad porque sin ellas no hubiese sentido la necesidad de hablar de tan "POLÉMICO" tema. Doy gracias porque con sólo decir"Vistámonos TOP", entraron en un trauma de conceptualización de su propia imágen, generando así una frase que me llamó muchísimo la atención e inspiró para el siguiente post: "Chama, ¿Y tú? ¿Qué tacones te vas a poner?".

No puedo negar sentirme como Almodóvar al empezar a escribir sobre un tópico TAN DELICADO como pueden llegar a ser losTACONES. Incluso pienso que cualquier error de concepto o termino mal utilizado me podría costar la vida ya que bastantes tacones impetuosos me rodean.

Mi ambiente y mis alrededores me inspiran y la gente que se encuentra involucrada en ellos, no se da cuenta de lo mucho que puede lograr causar en mi mente con simples gestos, costumbres y actitudes propias de cada uno, que hacen de cada situación el momento perfecto para notar detalles que no siempre están tan fluorescentes a nuestra vista.

Un INTERCAMBIO DE REGALOS DE NAVIDAD es la ocasión perfecta en dónde las características indisolubles de una sociedad se tornan más visibles que nunca. Una situación tan sencilla que se transforma en el momento idóneo para que cada mujer saque ante el escrutinio público, las mejores herramientas que tiene para sentirse más femenina: SUS TACONES.

Un tacón. ¿Qué significa esta palabra para una mujer?. ¿Estatus? ¿Belleza? ¿O simplemente unos centimetros más de altura?.

Dichas piezas no son solamente madera, hierro, metal o cuero; más que una prenda de moda, son un concepto y una ideología que expresa clase, estilo y sobre todo personalidad.
Un tacón en una mujer es proporcional a una pared de la habitación de un hombre: Te puede revelar secretos que ni quisieras saber, porque así mismo como una pared de dormitorio con fotos de NORELIS RODRIGUEZ refleja lo baboso que es el dueño, un tacón puede delatar las intimidades más oscuras de una fémina.
En un mundo donde la mujer es indispensable para nosotros los hombres, ya sea por sexo, preservación de la especie o diversión, es totalmente compresivo que exista un universo de tacones en el cual la existencia de diferentes tipos de"centímetros de altitud" sea proporcional a la cantidad de las personalidades más comunes en una mujer. Por lo tanto podríamos decir que si el mundo está regido por las mujeres, las mujeres por los tacones y nosotros por las mujeres, entonces los hombres terminamos siendo esclavos de un par de zapatos con centímetros de elevación.
En pocas palabras: sin importar preferencia sexual y gustos, LOS HOMBRES SOMOS PRESAS FÁCILES DE UN PAR DE TACONES.

Tras un universo de tacones distintos y múltiples personalidades femeninas, se genera una fauna integrada en tres manadas sociales diferentes. Manadas sociales que pueden ser comprendidas de la siguiente forma:

Las mujeres que usan tacones sencillos y se sobrecargan de piezas de ropa que no están del todo bien juntas, están gritando a todo pulmón que necesitan un HOMBRE con urgencia quirúrgica.
Estas mujeres creen que unos sencillos tacones podrían cambiarles la vida, mientras no terminan de darse cuenta que ellas son las que le tienen que dar sentido a sus plataformas.
Una mujer con tacones bajos quiere sentirse bella pero no tiene el estilo suficiente como para aguantar el sacrifico muscular que conceptualiza el estar en los tacones adecuados. Señoritas recuerden: Belleza es dolor.
Y una mujer con tacones altos y escandalosos acompañados por ropa sencilla, es la mujer que está segura de lo que pisa. De aquellas que jura en nombre de los 10 cms de estatus que les brindan sus tacones y que disfruta de sentir el pequeño dolor particular de pantorrillas que queda una vez que ya has utilizado dichas herramientas de la manera correcta.

Centímetros, colores e inclusive marcas, premian con un valor agregado a aquellas que utilizan tan particulares piezas de estilo puntiagudo, llegando a la conclusión por excelencia de que: UNA MUJER ES LO QUE SUS TACONES DICEN QUE ES.

Un tacón. ¿Unos zapatos, un complemento o un arma de destrucción masiva?.

Sólo puedo responder a eso, afirmando que el siglo pasado estuvo particularmente elevado en tacones: Marilyn Monroe, Evita Perón, Frida Kahlo, Coco Chanel, Madonna, Ileana Ros-Lehtinen, KISS, entre otros que conforman el pilar de personajes protagonistas de una cultura que vieron crecer y marcaron dejando una huella que nunca se podrá borrar de la historia mundial. Bastante de esa marca indeleble que dejan a nuestro legado, se lo deben a sus plataformas.

Los tacones no necesariamente te permitirán ser un icono de una cultura que cada vez avanza más en el tiempo pero que nunca muere, pero sí te permitirán sentir con un poco de más autoestima y objetivamente hablando: Más alta.

"El tiempo pasa y los tacones siguen en la cima de nuestra identidad humana".

¿Y tú? ¿Estarías dispuesto a subirte en unos tacones para marcar la diferencia?.